Se llama Juan Fernández Salvador, sevillano. "Padre Jota" le dicen con cariño.
Trabajó como ingeniero agrónomo hasta que decidió dedicar su vida al sacerdocio.
Fue ordenado sacerdote en el año 2000 por monseñor Amigo.
Tras cinco años en España y dos en Roma completando sus estudios, pidió ir a Perú, y desde 2008 dirige una Misión en Hualmay, a 9000 kilómetros de su tierra natal, donde su trabajo es un derroche de generosidad y servicio a los más desfavorecidos. Es un misionero "ad vitam" (para toda la vida) como él mismo se define.
En su Obra colabora nuestra ONG, con su granito de arena en forma de contenedor, cargado con ropería y material humanitario, que envía periódicamente.
Hablaremos de su PROYECTO ...
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