lunes, 19 de junio de 2023

Una lección de niños

 


Sucedió que, en la antigua Bagdad, había un joven emprendedor llamado Alí que decidió viajar para ampliar su negocio. Contó su dinero, y decidió poner el sobrante en el fondo de un tarrollenarlo de aceitunas, y llevarlo a un amigo mercader para que lo guardara, diciéndole que solo contenía aceitunas.
  • Toma la llave del almacén y guárdalo tú mismo - dijo el amigo
Al cabo de un tiempo, viendo que Alí no volvía, el mercader decidió abrir el tarro para comer las aceitunas antes de que se estropearan, encontrándose mil monedas de oro en el fondo.
Alí llegó unos años más tarde y fue a reclamarle al amigo su tarro, el cual le dijo:
  • Toma la llave del almacén y ve tú mismo a recogerlo de donde lo dejaste. 
Alí, sin probar las aceitunas, metió la mano hasta el fondo del tarro, comprobando que no  estaba el dinero, reclamándole al momento sus monedas.
  • Dime Alí -dijo el mercader- ¿no fuiste tú quien dejó el tarro en el almacén, el mismo que lo acaba de recoger?  Me dijiste que solo contenía aceitunas.
Acudió Alí al cadí para que resolviera el pleito, reconociendo ante él lo que anteriormente le había dicho su amigo. La resolución fue fácil sin siquiera ver el tarro: "no había existido dinero alguno para reclamar".
El caso se hizo tan famoso en la ciudad que hasta los niños jugaban al cuento de "Alí y su tarro".
Una tarde en que paseaba el jalifa de incógnito por la ciudad, asistió por casualidad a uno de estos juegos, y pudo observar cómo uno de los niños imaginaba otro final.
El jalifa hizo llamar al día siguiente a los litigantes, al cadí y al propio niño, haciéndole sentar a su lado y poniéndole el tarro, que había mandado traer, a sus pies.
  • A ver, contadle lo sucedido a este niño para que él mismo emita su opinión- dijo el Jalifa 
Los presentes, sorprendidos, procedieron a obedecer, repitiendo cada uno de ellos la misma historia.
Al finalizar, dijo el jalifa al niño:
  • Estos son los personajes reales de la historia, y yo te he de pedir que juegues ahora como lo haces con tus amigos.
 El niño probó una de las aceitunas y solo dijo esto:
  • -Estas aceitunas están frescas. Si hubieran sido las primeras que se guardaron en el almacén, estarían estropeadas.
De esta manera, el mercader confesó la verdad y el jalifa le hizo devolver el dinero a Alí, amonestó al cadí, y premió al niño.
El mercader se había comido las aceitunas, se quedó con el dinero y volvió a reponer el tarro con nuevas aceitunas.
¡¡Siempre los niños!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas destacadas

Nuestra librería en Wallapop y en nuestra biblioteca física en la sede de la ONG

  Así te saldrá los libros que estén disponibles en la ONG Estamos subiendo los libros que tenemos en nuestra Biblioteca Física a Wallapop ...

Entradas populares semanal