Ucrania … 500 días de guerra!

 

¡Qué aniversario para celebrar!

¡Las manos de ese niño ..!  ¡La familia con su hogar destrozado ..! ¡millones de personas huyendo de su propia vida!.

Esta ONG, como cientos .. miles de entidades y personas, se han volcado en ayudar desde el principio, con su humilde aportación, pero siguen .. y siguen .. matándose como si fuera un juego.

¿Y los poderosos? Unos pocos podrían hacer lo que millones no pueden conseguir. No lo son más cuanto más daño hacen, sino cuánto más daño evitan .. ¡Ese es el poder! Cualquiera puede destrozar la vida de otro, no hace falta más que querer hacerlo.. ¡ay si no existieran las leyes!

No son 500 días; son más...muchos más. Porque no solo es Ucrania. Es la esfera del mundo la que está manchada de sufrimiento.. ¡como siempre! Pero ahora nos ha tocado de cerca y nos sentimos amenazados .. lo que sea para que la guerra no se extienda y nos moleste. O bien, es nuestro imaginario. ¿Por qué no reaccionamos lo mismo con Siria, Yemen, Sudán .. ? sería por el aspecto físico, su color, religión o costumbres? ¿o es ese egoísmo escondido que florece cuando nos rozan? ¿y esas vallas fronterizas tan cercanas con personas aterradas que huyen de sus hogares esperando no se sabe qué?

Sin embargo, en medio de esas atrocidades mundiales, hay también un ejercito que lucha, con la mochila llena de generosidad y solidaridad, asiéndose a los hilos de esperanza que siempre acaban encontrando. El poderoso, ejerciendo su poder; el humilde, agrupándose y el creyente también, rezando.